Los masajes se realizan directamente sobre la piel de la persona que lo recibe, la cual esta desnuda (cubierta con toalla), por tanto la sesión se desarrolla desde una actitud pasiva y receptiva. Como un momento de pausa, separación de lo externo (la rutina, lo cotidiano) para pasar a un estado y contacto mas interno, íntimo y personal, ir hacia uno mismo soltando y dejando fuera todo lo que sobra.

En el Shiatsu sucede lo mísmo. 

Aunque cambia el modo del contacto,  el enfoque y la dinámica de la sesión. El hecho de estar vestido y trabajar sobre el suelo dá una sensación de relación con la gravedad para muchos nueva, a veces sorprendente, así como más amplitud en las propuestas de trabajo y en la expresión y respuestas a éstas.

No sólo se puede estar en estado pasivo y receptivo, sino que se plantea estar mas presente en el contacto,  en la respiración, expresando e interactuando conmigo. Las propuestas de trabajo y la dirección de la sesión surgen desde esa interacción. Ambos vamos descubriendo e investigando caminos y formas.

 

Cada persona elegirá y probará aquello que más le intrigue, sirva, funcione. Pero al final lo que hace bien, sana, mejora y ayuda es el CONTACTO.

Bienvenid@s y hasta pronto!

 

"El tacto es la forma más instintiva de curación"

C.B-C